Sano
Para los más pequeños, el eslabón más vulnerable de la cadena y el futuro de nuestro planeta, hemos elegido materias primas de origen natural y libres de sustancias tóxicas…
Juguetes y objetos de plástico muchas veces se vuelven, sin que lo sepamos, verdaderos “chupetes” de sustancias tóxicas y nocivas para la salud y el desarrollo de nuestros pequeños.
Estamos acostumbrados a pensar en el plástico como un elemento externo a nuestro cuerpo.
Recientes análisis han demostrado cuantas sustancias relacionadas con el plástico están dentro de nosotros, ingeridas con los alimentos que consumimos o el agua que bebemos.
Las mayores amenazas para nuestra salud vienen del BPA (componente de base de la fabricación de las materias plásticas) y de los ftalatos (aditivos utilizados en la síntesis del plástico).
El BPA ha sido reconocido desde 1940 como elemento químico que interfiere en el sistema endocrino, alterando las funciones hormonales normales. Los elastizantes, o ftalatos, también son potencialmente tóxicos y son liberados por el plástico con el transcurso del tiempo.
Recién nacidos, mujeres embarazadas, o durante el post parto, se encuentran entre las categorías con mayor riesgo de exposición tóxica a estas sustancias.
En Enero 2010 la FDA (Food and Drug Administration), el ente estadounidense que decide, entre otros, sobre el impacto de los productos disponibles comercialmente sobre la salud pública, ha expreso preocupaciones sobre los potenciales efectos negativos que estas sustancias provocan en el cerebro, en el comportamiento, en la próstata y en los órganos reproductivos de los fetos, de los recién nacidos y de los niños en general
La sustitución de los plásticos tradicionales con el bioplástico representa un gran paso adelante en el desarrollo y en la comercialización de productos sostenibles y hechos con componentes no tóxicos.